Decenas de personas piden que el edificio sea devuelto al barrio
Decenas de personas han ocupado este sábado el Hotel Marqués de la Ensenada de Valladolid para "devolver" al barrio este edificio, que es "patrimonio industrial de la ciudad", y convertirlo en el centro social 'La Molinera', nombre que toma de la antigua fábrica de harina que allí se ubicaba.
Este "legítimo acto de desobediencia" ha sido la forma elegida por los implicados en el proyecto para hacer pública la labor de cerca de cinco meses de trabajo. Una iniciativa en la que han confluido personas de diferentes movimientos sociales así como de organizaciones progresistas de la ciudad, según ha explicado a Ep Darío López, uno de los representantes de 'La Molinera'.
López ha explicado que, hasta el momento, el proyecto se ha gestionado como asamblea, aunque espera que cada vez se incorpore más gente. Además, los precursores del proyecto se han mostrado "muy interesados" en que sean los vecinos quienes planteen sus propias iniciativas para el uso de este espacio.
Catalogado como Bien de Interés Cultural por la Junta de Castilla y León en 1991, el edificio del Hotel Marqués de la Ensenada ha sido "víctima de la especulación" desde que se transformase en el primer y único hotel de 5 estrellas de la capital vallisoletana, por lo que "ha pasado de ser una pieza industrial importante y emblema de la soberanía alimentaria castellana a convertirse en un reducto para el turismo de unas pocas personas con elevadas posibilidades adquisitivas", señalan los responsables de 'La Molinera' en su carta de presentación.
Aunque en estos meses 'La Molinera' no se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento, tampoco está "cerrada" a reunirse con las instituciones municipales. No obstante, López considera que "un Gobierno municipal que se diga progresista no puede ser hostil hacia este proyecto independientemente de las cuestiones legales que pueda plantear".
En cualquier caso, ha apuntado López, el centro social que propone 'La Molinera' no abandonaría su carácter autogestionado, por lo que rechazaría cualquier tipo de subvención o ayuda a fin de evitar convertirse en un centro cívico.
También de cara a la posible convocatoria de futuras concentraciones o nuevas ocupaciones, López espera que "no haya hostilidad por parte de la Policía", puesto que su objetivo es "ofrecer un servicio y no destruir el edificio, que hoy se ha convertido en un vertedero".